sábado, 7 de enero de 2012

El Cielo Estrellado Guarda Diferencias

Si miramos al cielo una noche, veremos a la distancia estrellas, bastantes en el mejor de los casos, a simple vista todas iguales ¿pero realmente lo son? , pues no, todas son diferentes, únicas y especiales. Todo funciona así en el mundo real, objetos, personas, sentimientos, todo suele ser semejante, pero en realidad nada lo es. Cada cosa es especial en su esencia, quienes pueden llegar a ella son los seres “aventureros”. Sólo ellos pueden dejar de lado las semejanzas, y decir que sólo existen las apariencias.

Soy yo un ser aventurero, que un día de aquellos que mi mente guarda como un apreciado tesoro, conocí a la chica de ojos pardos. Sólo me bastó una tarde, para ver ante mis ojos una esencia revelada. "Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo", como dijo Beethoven alguna vez, eso hice.

La chica de ojos pardos aquel día vestía simple ropa, un tanto haraposa, camiseta negra y un pantalón del mismo color. La observé un buen rato, caminaba desorientada, mirando al vacío, muy seguido levantaba su ceja derecha, y cada 5 minutos aproximadamente notaba un tanto desagrado en su rostro ¿estaría descontenta con lo que veía a su alrededor?

¿Qué pasa por la cabeza de aquellos seres que suelen salir del prototipo de la sociedad? Sólo me acerqué, y sin notarlo ya hablábamos como si nos conociéramos de toda la vida. La chica de ojos pardos me confesó cierta inquietud frente al mundo. Era una de esas personas que se cuestionan todo, o por lo menos la mayoría de las cosas, eso hizo preguntarme ¿Quién soy yo en este pedazo de tierra en donde me encuentro? Para ella la vida era algo bastante simple: si quieres triunfar, sólo lucha por ello (luchar consistía en no rendirse nunca, ante nada, había que tener agallas para eso, y debo decir que por su forma de hablar podría asegurar que ella sí las tenía), y si quieres fracasar, sólo había que dejarse estar, el tiempo al final te consumiría por completo y sólo te transformarías en un poco mas de polvo que vuela por los aires del planeta Tierra.

En mi larga trayectoria de vida he podido notar que las personas actúan de una manera increíble sobre nosotros, los seres humanos. Seres netamente influenciables, en distinto grado, pero lo somos, seres simplemente dependientes. Corría mucho viento aquel día, y este a su vez movía el cabello de la chica sentada junto a mí, de esa forma golpeaba su cara, su mirada desviada una vez más, me revelaba una cierta preocupación, mas bien, un recuerdo. Su vida es como un videojuego, donde se pasan niveles. Cuando ella se encontraba en el nivel cero, apareció un ser denominado por ella misma como “de otro planeta”, al conocerse mutuamente se sintió influenciada, ya no era independiente, dependía completamente de ese ser, comenzó a experimentar algo totalmente nuevo, se dio cuenta que subía de niveles sin notarlo, ¿era posible que este nuevo ser provocara todo esto en ella? Madurez se asomaba en su persona, un concepto nunca antes oído, pero algo que llevaba en su propia sangre y nunca lo había notado. El ascenso duró sólo un tiempo y el nuevo ser tuvo que partir, a pesar de eso el videojuego nunca se detuvo, y con el tiempo los niveles fueron aumentando, ¿en qué nivel estas hoy? le pregunté, “en todos y en ninguno” me dijo. Sólo sé que aprendí que no se puede depender por siempre ¿por qué? Eso aún no lo sé.

El arte, una de sus más grandes pasiones, entendida por ella como toda cosa que le provoque placer y tranquilidad a la vez; su manera de encontrarse a sí misma. Con el simple hecho de recostarse en el pasto a mirar las nubes, ya estaba un escalón más arriba. Amor por los colores, le provocan la alegría de vivir, y con una cámara en su poder, las horas pasan y ella no se da ni cuenta.

Derramar lágrimas por algo, llorar, llorar, ¿es algo malo? Símbolo de debilidad, símbolo de sensibilidad, parecen ser cosas malas, pero para la chica de ojos pardos no lo es. Ella me enseñó que llorar libera el alma, sea cual sea la situación, llorar por cosas buenas, malas o neutras, el resultado es lo que vale, si te quieres sentir libre “déjalo fluir”, me dijo. Es una persona que se puede perder en la tristeza, y 5 segundos después volver a la felicidad, sólo está en proponérselo, la mente es débil la los pensamientos, pero obediente a la razón.

Ser incomprendido, tener la sensación de no tener dirección, carecer de lógica, esa es su vida, pensar ser anormal pero ¿según quién?, toda una vida creyendo ser diferente, aceptarlo para sí, y cuando te abres al mundo, te das cuenta que no eres la única persona diferente, hay más como tú, esperando ser comprendidas.

Vida feliz, algo complicado. Una de las cosas que más me llamó la atención, fue su manera de creer en el mundo, su manera de creer en todo en general. La vida tiene sus altibajos, eso es normal, la vida amorosa también es parte, la mayoría de las veces se fracasa, la parte laboral cambia cuando menos lo esperas. Todo esto no es así para ella, ¿existirá alguien más en el mundo que crea en una vida feliz por siempre? Sus pensamientos, erróneos para la mayoría, pero para ella válidamente ciertos, creíbles. Todo parece tener color de rosa, todo parecer ser como un cuento de hadas, ella lo cree posible, pero sabe que nunca nadie la entenderá, su mundo de perfección, sin enojos ni maldad, sin malas vibras, ese es su mundo, sólo habita en sus pensamientos, nunca pierde la fe en encontrar alguien que piense de la misma forma, aunque sea casi imposible. N no es vivir en una burbuja, es sólo creer en un mundo mejor.

“Suelo perder la noción del tiempo con frecuencia, puedo sumirme en una buena canción y perderme en su letra, su melodía, la armonía que provoca en mí. Tomarme una taza de café provoca que me cuestione por qué las palabras existen, y por qué no podemos vivir sin ellas. Mirar las nubes moverse me hacen tener la imaginación más realista que puede existir, personajes que van de que allí hacia allá, historias por doquier, y yo soy su protagonista. Me veo sumida en un eterno sueño del cual no quiero despertar, o es que acaso mi vida ¿ya lo es? Este es uno de los principios básicos, por los cuales puedo apreciar las pequeñeces de las cosas. Soy yo contra el mundo, o el mundo contra mí. Ambos mezclados, somos la perfección, mi perfección. ¿Qué acaso un extraño puede venir a decirme cómo tengo que vivir? Es mi mundo, de nadie más.”

Agradezco ser un ser aventurero, puedo mirar a la adversidad y darme cuenta que las estrellas son semejantes pero todas diferentes.

No hay comentarios: